Tras comprar una finca en las colinas toscanas, en un lugar llamado Aboca, Valentino Mercati se apasionó por la agricultura biológica y las plantas medicinales y consideró que aquella tierra podría ser el punto de partida para explorar nuevos confines en la relación entre el ser humano y la naturaleza.
Aboca emprende su viaje por el mundo de la salud natural en un modo revolucionario: una cadena de producción completamente verticalizada, desde la producción de la materia prima de calidad mediante cultivos biológicos, hasta la comprobación de los efectos farmacológicos y clínicos de los productos.